marzo 12, 2006

EXPRESO "La Caja de Pandora"




20 de febrero, 2005. Cd. Victoria, Tamaulipas.
Por Alejandro Rosales Lugo:

La gracia del arte es su impacto espiritual. Un creador es un ser ramificado en la sociedad. El arte cumple así una de las funciones principales: socializar el espíritu creativo, que se da en todas sus formas y expresiones. La calidad artística permite que la cultura sea “próspera”.
Quienes definen la cultura son los artistas, pero quienes la disfrutan son los más. Educar para el arte es una de las tareas que competen al estado mexicano. Por décadas, el centralismo de la Ciudad de México definió un patrón inamovible en los aspectos culturales en el país. Esta imposición creó barreras en la cultura nacional. La composición cambió, pero la gran capital del país mantiene la tutela y los vicios del pasado a través de las instituciones de cultura. Los lineamientos sobre festivales tiene el mismo formato que el Festival Internacional Cervantino, pero no tiene el mismo contenido.
Hay una razón importante: Guanajuato cuenta con una infraestructura cultural muy sólida. Y es sencillo: tiene un instituto de artes, tiene una representación de artistas de varias especialidades en su consejo, y tiene escuelas de artes formales e informales, que son el apoyo práctico a un programa de cultura. Tamaulipas no cuenta con infraestructura educativa en las artes. La Escuela de Artes de Matamoros está muerta. La Escuela de Artes de Tampico se halla muerta. La Casa del Arte de Victoria, muerta. Y así sucesivamente la mortandad nos saca del tiempo. ¿Y los artistas profesionales? ¿Los artistas de obra madura? Sencillamente, en el olvido. Cada quien se rasca con sus uñas. ¿Cómo podemos crecer y ser líderes artísticos? Pues en la unidad, en la confrontación de ideas, en la participación de los consejos de cultura. La necesidad de un instituto de artes que aglutine todas las posibilidades de la educación artística se hace imprescindible.
Contamos con una excelente infraestructura en museos; ahora hay que darles contenido. Esta es la razón: dar contenido al Festival Internacional Tamaulipas bajo la prioridad de hacer, fundar el Instituto de Artes de Tamaulipas. Con la alternancia clara de apoyar a los artistas de Tamaulipas como lo hace Nuevo León, Puebla, San Luis Potosí, Jalisco, con las obra de sus artistas en el extranjero.
Hasta ahora, somos, en las artes plásticas, “candiles de la calle y oscuridad en de nuestra casa”. En el afán de la imagen, sacrificamos a los valiosos artistas de Tamaulipas. Los ejemplos de Chiapas, Oaxaca y Sonora son trascendentes. Se apoya a los artistas, respaldados por su obra.Hay muchas razones del descontento de los artistas de Tamaulipas; lo escucho en Laredo, la verdadera siberia de Tamaulipas; en Tampico, en Reynosa, en Matamoros. Hay enojo porque se patrocina a artistas nacionales que no lo necesitan, y yo no soy chovinista.
¿Acaso Nuevo León me patrocina? ¿O de Jalisco me invitan? Recuerden que en el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato, en la presencia de Tamaulipas no fui incluido. ¿Razones? No lo sé.
Letras en el Golfo, posiblemente en una sola emisión se lleva todo lo que se podría dar a los artistas del estado. De un solo pacazo se lleva lo de un instituto de artes que proponemos.. De un manotazo se lleva el costo del Corredor de Artistas Tamaulipecos en Europa y Estados Unidos.
Por eso aplaudo la posibilidad de reunirnos los artistas independientes para dar voz a nuestras propuestas. Los artistas que estamos en etapa de madurez, la mayoría no pertenece a institución alguna. Su trayectoria es fuerte, maravillosa, limpia.
Creo sinceramente que en la nómina cultural, hay muchos “patos que le tiran a las escopetas”. Quiero decir que hay burócratas recaderos, pero incapaces de armar un programa sólido de artes plásticas, incapaces de visión para el futuro de las artes de Tamaulipas.
No se puede mamar y dar topes, como decía mi mamá. La única arma con que cuenta el artista tamaulipeco es su obra, su trabajo continuo, por encima de la inamovilidad y ceguera burocráticas.
Repito lo que alguna vez dijo Carlos Fuentes a propósito del olvido alas instituciones artísticas: “Se le ha dado más importancia al espectáculo que a la formación”. Y eso es: sin formación no puede haber un buen espectáculo. Formar equivale a integrar las escuelas de arte con profesores nuevos, que enriquezcan el panorama. Formar cultura a partir de una intensa campaña a través de las instituciones. La única arma letal contra la drogadicción es la cultura. Sólo la imaginación puede sacarnos adelante, y esta imagen es la que vale, la que cuenta en Matamoros, Reynosa, Laredo. El arte es nuestra imagen y semejanza.

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