El reclamo principal de los artistas que firmaron las cartas en la que rechazaban el nombramiento por otros seis años de Fernando Mier y Medardo Treviño como funcionarios de cultura era el auto beneficio que este ultimo ejercía.
Era común desde el sexenio de Américo Villarreal cómo Medardo participaba en los concursos de teatro con su Grupo Tequio, concursos que el organizaba, nombraba a los jurados y ganaba. Esto además de apoderarse de los diferentes apoyos para muestras, cursos y becas, todo con dinero del erario.
Otra practica habitual era otorgarse la dirección de grandes espectáculos en los cuales manejaba un amplio presupuesto bajo el argumento que el no cobraba por la dirección de escena y que era el único capas de hacerlo. El un director de escena que nunca ha estudiado los principios básicos de la dirección y que entiende esta como la sucesión de cuadros plásticos decorativos y la organización (a veces) del transito de los actores por la escena, mientras declaman los textos.
Y qué decir de todos los viajes al extranjero promoviendo su persona o su grupo, además de la publicación de sus obras con recursos del Estado y de los vetos a los artistas que no compartían con el su forma de entender el arte o sus abiertas corruptelas.
Estas y otras cosas, además de su soberbia, prepotencia e ineficacia fueron las razones por las cuales muchos artistas manifestaron su inconformidad a través de diferentes medios.
¿Pero qué ha sucedido en este sexenio gubernamental encabezado por el Ing. Eugenio Hernández? ¿Qué a pasado con todos los reclamos, denuncias, sugerencias, propuestas vertidas por diferentes artistas e intelectuales y publicadas algunas en el blog de Resistencia Cultural?
La clase política considera más importante afianzarse en el poder que atender las sugerencias o reclamos de la población.
Y la prueba de esto es que en este sexenio Medardo llevó a escena la obra Apaches y la publicación de su obra “Sepultados” con dinero del Fondo Regional para la Cultura y las Artes del Noreste, durante el período en el cual fungió como directivo del mismo.
Presentó una obra en homenaje a Amalia G. De Castillo Ledón en el teatro que lleva su nombre con un amplio presupuesto, para la cual invitó a los actores del estado que a el convino, los cuales recibieron a cambio apoyo para presentarse en el Festival Internacional Tamaulipas.
Dispuso que sus allegados: Larissa López y Jorge Zarate ofrecieran cursos de teatro por el Estado sin importar que estos no cuentan con la preparación debida para esta tarea.
Sospechosa es la designación de becas del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas, otorgadas a tres de los integrantes de su grupo de teatro.
Esto seguirá sucediendo porque ni a "Frenado" Mier, ni al Secretario de Desarrollo Social les importa el futuro y el desarrollo de la cultura en nuestro Estado y porque a los artistas les da miedo manifestar su inconformidad, pues seguramente perderán las pocas dadivas que reciben del ITCA..
Seguiremos siendo un estado donde la cultura no florece, donde se homenaje a artistas comerciales y donde la apariencia cuente mas que el contenido.
Un estado donde su población se pierde en el laberinto de la conformidad.
