marzo 12, 2006

DIARIO MONITOR "Tamaulipas, el ocaso de la cultura"








www.diariomonitor.com
Sección: Análisis
Pag. 11A
miércoles 14 de septiembre del 2005
Por: Andrés de Luna

Laberinto

Tamaulipas vive un momento crítico ante la cultura que emana de las oficinas dedicadas a dicho quehacer. La burocracia del ITCA, el órgano estatal que dirige los rumbos de las artes en aquellas latitudes del norte del país, ratificó, esa palabra de roedoras resonancias ratoniles, en los cargos supremos de la cultura a Fernando Mier y Terán así como a Medardo Treviño, ambos funcionarios se vieron favorecidos por la llegada del gobernador Eugenio Hernández Flores. Todo eso podría ser irrelevante, sólo que la andanada de protestas es digna de un documental de Michael Moore.
Hace apenas unas semanas, en este mismo espacio, se comentaba la censura al pintor Ricardo Delgado por parte del director del Museo de Arte Contemporáneo, en Matamoros, Tamaulipas, el recién llegado Emiliano de Pau. El hecho parecía aislado, un capricho de un funcionario analfabeta en cuestiones de arte y un servidor público que hace de sus gustos personales un acto oficial. Sin embargo, una breve revisión del caso tamaulipeco revela las dimensiones del iceberg. Pues el mismo De Pau había ejercido la política de exclusión con dos obras del pintor Onésimo Gallardo: Orfeo y Exhaustos fueron descalificadas ya que, según el director del museo, “Incitaban al acto sexual”. Algo así como un viagra plástico, ni más ni menos. El pobre tipo apelaba, con palabras dignas de abuelita chocolatera que “acudiría a la liga de la decencia”. ¿Qué lenguaje es ese para alguien encargado de una institución museográfica? Ignora acaso que en los grandes museos del mundo se exhiben obras que tienen una carga erótica sin que esto produzca que los visitantes se pongan a realizar actos íntimos en plena sala. Si le preocupaban los estudiantes de secundaria, entonces coloca un letrero en la entrada, como lo hacen otras galerías y museos, y la cuestión queda zanjada con esa advertencia. Pero el señor De Pau debe saber de todo pero, en lo que respecta al arte, es menos que nada.
Así mismo, Fernando Mier y Medardo Treviño han tenido que soportar una sever

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