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04/01/2006 @ 4:19 am Editoriales hoy
Por Alejandro Rosales Lugo
La cultura como política es instrumento eficaz de educación y creación. Si se planifica de acuerdo a los intereses de nuestro estado, de privilegiada posición nacional e internacional, es y debe ser parte fundamental de nuestro desarrollo. Pero, y esto es un pero que vale. Sin sustento de política cultural y estrategia de educación y recreación, no podemos avanzar a estadios superiores dentro de la cultura nacional. A casi 45 años, de la integración de los talleres de artes, durante la administración del querido gobernante Dr. Norberto Treviño Zapata, en lo que sería, la Casa del Arte, sólo existió un intento, tangible por transformar e impulsar, los objetivos que dieron nacimiento a esta Institución. Y me refiero, a la administración del Dr. Emilio Martínez Manotoud, creando expectativas, en una dirección, preparar mejor a sus maestros, adquirir equipo y expresarlo en la galería “Ramón García Zurita” y con mayor relevancia en la Galería del Centro Cultural Tamaulipas. El punto de partida de la Antigua Casa del Arte: Formar Artistas y Artesanos. Difundir la obra de nuestros artistas. Para cumplir la propuesta el gobierno de Treviño Zapata, integró un excelente grupo de maestros para el logro de sus objetivos: El pintor David Celestinos Isacs . A Ramón García Zurita, extraordinario dibujante y muralista (+). A Rodolfo Dizner Clavería, pintor y ceramista chiapaneco. A Manuel Salinas, excelente pintor, de la Ciudad de México, A Rosendo Méndez, grabador magnífico, a José Santos Sánchez, michoacano, grabador y escultor. Homero Pérez Alvarez, abogado, maestro de estética, Ceferino Alvarado, profesor de español. A Ignacio Yépez Zurita (+), grabador y pintor, a Anastasio Tellez Sánchez, escultor poblano de alto nivel, a Bernardo Espejo Loperena (+), dibujante de categoría. A Florentino Moreno, maestro de textiles. A Peña, fotógrafo. La mayoría de ellos egresados de la Academia de San Carlos y de la Esmeralda. Con estos artistas se integraron Oscar Puente, coreógrafo de extraordinaria calidad, el maestro De la Barquera, pianista, entre otros, animados por la inolvidable Chelo Cantú.Resultados: Artistas que hoy son parte de un impulso de hace más cuarenta años, que niños y jóvenes entonces, estamos en la pelea de arte: Omar Galán Sandoval (escultor), Emilio Rodríguez Montantes (grabador), Alejandro Rosales Lugo, pintor, escritor, José Paz Sánchez, escultor en Monterrey, Artemio Guerra Garza, pintor en Reynosa, Felipe Loperena, pintor en México, Gerardo Martínez, escultor, ceramista, en Victoria, Refugio Becerra, ceramista, quien hemos seguido en un marco profesional. Nos distingue la continuidad. Algunos de nosotros con presencia nacional.¿El porqué de estos resultados? La respuesta es simple: La Formación. Nos formaron, recibimos entrenamiento básico, y algunos de nosotros allende fronteras.¿Porqué entonces el olvido? La Casa del Arte se convirtió en una espacio de recreación, se olvidó de la formación de sus maestros y ha estado dirigida por personal sin interés en el desarrollo de la Institución, al grado de que una familia o dos familias mantienen el control interior. Primos, hermanos, cuñados, esposas, maridos, crean un nepotismo que impide su desarrollo. Amén, de que la Institución ha estado en manos de directores que no quieren tocar los intereses creados.“Echence” este trompo la uña. La formación lo es todo. Los espectáculos son buenos, pero mejor será formar para que nazca el espectáculo más nuestro. A mi no me pican los ojos en materia de cultura. Conozco mi estado y se de su problemática. He leído con sumo interés la carta enviada al Sr. Ing. Gobernador, por parte de Jorge Yapur, pintor, y de Arturo Castillo Alva, poeta, y siento la fragilidad en la apreciación de la cultura. Leí la carta muy bien hecha, que dirige el pintor Ricardo Delgado Herbert, al lic. Fernando Mier. Existe un sentido crítico y calidad de respuesta. Creo que es el momento de hablar en voz alta en favor de la verdadera política cultural de Tamaulipas.
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