12 FEBRERO 2005
Por Alejandro Rosales Lugo
Cultura en acción. Las recientes críticas en diversos medios sobre política cultural es un problema que no debe soslayarse. Minimizarlas sería un error. Veladas o no, las críticas se centran fundamentalmente en el olvido en que se tienen diversas áreas creativas, como son la literatura, que aun con espacios para jóvenes creadores, es por ahora marginal. Las artes plásticas, que son bandera de política cultural de cualquier país del mundo, en nuestro Estado son bandera de olvido.
Agreguemos ahora la danza, la música, por citar algunas manifestaciones. El teatro ha sido beneficiado, pero sólo desde un punto de vista. Y aquí la manzana de la discordia que plantean los teatreros al margen del apoyo oficial en el manifiesto que aparece por todos los sitios de Internet.
El alegato principal es la detención del poder y por lo mismo, de los fondos en una solo dirección y por un solo grupo. El de Medardo Treviño, que mantiene ya este poder desde tiempos de la administración de Manuel Cavazos Lerma. El meollo es la política de Medardo: cumplir con sus obras, cumplir con su cuadro de actores repartidos en la nómina, promover las obras de su grupo y, por lo mismo, no repartir la “polla” teatral. Medardo Treviño es un hombre de talento, de gran capacidad cultural. Es uno de nuestros grandes valores. Reconozco en Medardo un excelente amigo. Pero la centralización de sus objetivos estéticos ha creado una división entre la comunidad artística estatal. Mi consejo es que deben abrirse a otras voces, a otras propuestas.
Uno de los que reclama y no le falta razón, es Carlos Valdez. Ha sido marginado, y con el muchos de sus seguidores. Aquí entramos en un nudo polémico: la no rotación. La inmovilidad de los encargados de hacer y promover cultura. Los que repitieron en los espacios culturales no pueden ser los únicos, o las únicas, como diría Fox. Como funcionarios, tienen una obligación institucional. No pueden ser juez y parte.
En otras áreas, se dirá que se publica, que hay eventos literarios, que hay un festival, que esto, que lo otro. La realidad es el olvido. Sin la integración del Centro de Artes de Tamaulipas. Sin la formación del Corredor Plástico para Artistas Tamaulipecos en nuestro país y en el extranjero. En síntesis, sin la participación de los artistas, los problemas crecerán.
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