octubre 11, 2009

Plácido Domingo y la crisis cultural en Tamaulipas por Ricardo Delgado Herbert








“La preocupación actual que estamos viviendo es una gran crisis de la cual se dice que se está saliendo. Se está saliendo solo para aquellos que iniciaron la crisis, que con su avaricia y corrupción comenzaron esta situación mundial”…

Plácido Domingo

28 de septiembre 2009,
Tampico, Tamaulipas


1995, México, D.F. Un tumulto esperaba impaciente a lo largo de varias cuadras, para rendir tributo a uno de los mejores cantantes de ópera de mediados del siglo XX, su nombre Giuseppe Di Stefano, nacido en 1921; grandioso mérito donde la gente no dejaba de aplaudirle al gran cantor siciliano que hizo revuelo en nuestro país desde los años 50s, a lado de María Callas y Tito Gobbi, realmente una terceta belcantista que no se veía desde la época de Enrico Caruso, Nellie Melba y Titta Ruffo.

Entre el ¡Bravo absoluto en la ciudad de México!, todos compartimos así la fiesta con el veterano Di Stefano y aclaro, sin haber desembolsado algún costo “estrepitoso” por tener que admirar a un cantante que a sus 74 años nos brindándaba bellas piezas napolitanas. “¡Me esforzaré para poder cantar bien esta noche!”, decía, ¡Y cómo lo hizo¡ fue realmente inolvidable.

Quién diría que aquel veterano tenor admirara tanto la voz de Javier Solís, que luego de cantar memorablemente en Bellas Artes al lado de María Callas y Piero Campolonghi, saldría disparado con su bolsa de pepitas a Garibaldi o hacia el Blanquita para ver a su ídolo cantar.

Di Stefano influyó en los destinos operísticos de varios cantantes de los que recordamos a Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo aquellos que después se volverían populares en “los 3 tenores”.

Quizás la fórmula del estrellato popular de los 3 tenores de 1990 fincó una manera de apreciar la ópera “light” inclinando la balanza en el marketing publicitario, naciendo así la ópera pop que Bolton, Bocelli, Frangoulis y Potts como otros más “Poperaticos”, se congratulan en nuestros días gozando de un elevado marketing anglosajón, del “hit parade” rapidito, entre las listas de popularidad del dudoso y no “tan culto” primer mundo.

Por 1998, vi a Placido Domingo en la ópera Sansón y Dalila de Camille Saint-Saëns en el Palacio de Bellas Artes alternando con la mezzosoprano Bárbara Dever, el barítono Genaro Sulvarán y el bajo, Noé Colín, (por cierto estos 2 últimos, grandes cantantes mexicanos) así, con este acercamiento a uno de los mejores tenores del mundo, comenzaba a ver precios todavía accesibles para los bolsillos de los mexicanos en pleno gobierno zedillista.

Al paso de los años, nuevamente al ver en cartelera el anuncio del gran tenor madrileño, que vendría al puerto de Tampico, me inquietó saber acerca de ello, pero al ver el resultado manipulador a casi una semana de presentarse, recuerdo como toda la población comentaba de ir a verlo cantar (claro, dentro de precios módicos en taquilla) así, los avariciosos burócratas al tener su gran negocio taquillero en frente, empezaron a bombardear más con anuncios nacionales invitando a la fiesta que antecedería al Festival Internacional Tamaulipas, diciendo “¡En Tamaulipas el arte está de fiesta!”.

Eugenio Hernández bajo el estandarte patriotero arengaba a su camarilla y a la prensa diciendo todo esto será “a beneficio del DIF” obligando a sus burócratas aterciopelados, para que desembolsaran* pagar cada uno, 2 boletos de 7 mil en la sección VIP (claro que en ese nivel incluía cena que al final de cuentas se redujo a canapés y una copita que se la “reñían” para desquitar los millones de pesos invertidos y quizás obtener una foto con el gober y el cantante). Los señores subdirectores pagaron 2 boletos de la segunda sección a 3 mil cada uno, los jefes de departamento 2 boletos de la tercera sección 1,500 cada uno, y los que sobraron de muy mala ubicación se los repartieron como ultima opción junto con los sobrantes más caros, a la muchedumbre que andaban pepenando cual si fueran migajas para así obtener el menos manoseado, por solamente $500 pesitos… ¡Hagan sus cuentas!... De ahí le pagaron 17 millones de pesos por honorarios al Mtro. Domingo** .

Sin embargo, cuál era la sorpresa que este concierto, estaba abierto para los amigos del “Gober”, que infestaron el galerón conocido como el gran “Centro de Convenciones”, ¿Qué pensaban?, hacer un mitin quizás, ¿Reavivar la clase política su popularidad ante los círculos del magazine social?, achichincles y aduladores no se hicieron esperar haciéndolo cantar con una “cuera”, canciones rancheras entre uno y otro bravo, quizás para verse como un digno rival de “palenque” de Don Chente Fernández, que creo que en la música de este género, aún sigue siendo el Rey. Para los amantes de la ópera las arias de “El Cid”, “La Arlesiana” “Die Walkure” y el dueto de “L’amico fritz” junto al apoyo de la soprano argentina Virginia Tola que también cantó arias, no fueron suficientes, para los que deseaban escuchar más bel canto. El espectáculo arremetió entre empujones de la cubeta y gritos “¡Refrescos, papas, chicharrones y rancheritos!” entre el arrastrar de sillas, así, comenzaba el espectáculo, entre una falla de sonido y una continua reververencia por el exceso de acústica empastelándose junto al bullicio de la gente.

Sr. Domingo, fue una lástima que no lo pudieron contemplar aquellos otros tamaulipecos que se ganan día a día su salario mínimo que muy apenas les alcanza para comprar lo necesario para su familia, y que realmente lo admiran, todo por la culpa de un mal gobierno que no quiso compartir el espectáculo y estaban sentados eso si, en primera fila. Mientras tanto el real pueblo tamaulipeco aguardaba afuera, no invitado, aguantando la crisis económica, el pago de impuestos elevados, la violencia desatada del narco y la mala educación de nuestros niños. Así se vive realmente en nuestro país, así se vive en Tamaulipas. Yo pensé quizás ingenuamente, como en la película “El Gran Caruso”, que protagonizó el tenor Mario Lanza, que usted saldría de inmediato de manera altruista de aquel Centro de Convenciones para así usted cantarles a la gente, aunque fuera una canción.

Reflexiono recordando aquella noche infestada de guaruras y soberbia de clase alta, dentro de mis recuerdos del pasado con el gran Di Stefano que decía ¡Como ha cambiado todo con el marketing en los cantantes de ahora!... garabateándome su autógrafo en mi CD. Quizás ahora entiendo su postura, y aprecié más el arte que nos dejó desde mediados de los años 40s… ¡Que en paz descanse!.

Mtro. Placido Domingo, no permita que lo engañen y le cambien su inicial misión que usted a llevado con rectitud a lo largo de los años, conmemore su altruismo del pasado, inmortalice aquellos artistas que con sus actos para realmente beneficiar al arte, no se frenaron por unos centavos, el cacique o el sinvergüenza político lo hace continuamente en mi país, pero los verdaderos artistas como usted, creo yo, que no están para esas cosas, el pueblo lo espera afuera para admirar su arte.


[*] Fuente: Periódico Reforma, Disfrutan Burócratas a Plácido… a la fuerza. 30 de septiembre de 2009.

[**] Fuente: Periódico El 5inco, Pobres, pero con 'cultura' por el FIT. 9 de octubre de 2009.