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septiembre 28, 2016

HOY TAMAULIPAS: "La CULTURA no será prioridad, la PESCA sí..."

Enlace:
http://www.hoytamaulipas.net/notas/263416/La-cultura-no-sera-prioridad-la-pesca-si.html





HOY TAMAULIPAS: "La CULTURA no será prioridad, la PESCA sí..."






HOY TAMAULIPAS: "La CULTURA no será prioridad, la PESCA sí..."






HOY TAMAULIPAS: "La CULTURA no será prioridad, la PESCA sí..."






HOY TAMAULIPAS: "La CULTURA no será prioridad, la PESCA sí..."


 



mayo 16, 2016

Convivio de artistas para acarrear votos CULTURALES para el PRI


Magdalena Castillo y Medardo Treviño 
Ya en plena campaña, el área cultura por el partido oficial (PRI) que encabeza Medardo Treviño, ha agendado convivencias con creadores estatales en las ciudades más importantes, es decir, en aquellas donde existe un centro, parque o espacio cultural. Estos eventos se presentan con un formato de "cena-convivio" donde no todos hemos sido convocados: una vez más, la invitación se limita a unos cuantos, aquellos dispuestos a seguir el juego al coordinador de cultura de la campaña del mencionado partido, es decir sus patiños, quienes serán los que hablen en representación de los más, los que solo asistiremos -si es que nos invitan- a aplaudir y ser parte de la escenografía viviente de esa noche en que todo estará dirigido para hacer lucir a solo unos cuantos y donde el diálogo abierto, con inclusión, será solo un montaje escénico más.

Se habla de que el candidato del PRI busca en todo momento dialogar con la sociedad dentro de una campaña propositiva, pero ante este anticuado formato el diálogo queda trunco; las propuestas en voz alta solo serán unilaterales y el sentir de los creadores será el mismo que en otras elecciones: saberse usados como medio para obtener votos sin tomar en cuenta su ideas y sus necesidades reales, surgidas del diario laboral en este estado, donde la situación es diferente a los escenarios nacionales, necesidades que deben de ser tomadas en cuenta por el aspirante a gobernador y su comité de campaña para que realmente tengan la simpatía de los creadores, sus familias y la gente que le apuesta a seguir invirtiendo en Tamaulipas su diario quehacer creativo, luchando en todo momento ante la falta de apoyos reales, resistiendo la simulación que ha permeado en los últimos años en el que deberían ser el máximo rector y promotor cultural de nuestro estado y sobreviviendo a la falta de garantías para que su labor creadora pueda ser difundida por todo nuestro territorio.
Coordinación de cultura de BHO

  Antes de concluir dejaremos estas preguntas, que quizá tú, compañero creador, puedas responder:
  ¿Volverás a permitir que solo unos cuantos puedan hablar y proponer acciones culturales en nuestro estado?
  ¿Accederás nuevamente a que te utilicen como en anteriores campañas?
  ¿Te conformaras con salir en la foto oficial con el candidato dejando a un lado lo que tengas de expresar?
  Y por último, ¿a ti ya te invitaron…?  

Atte.
http://artcultresisttamaulipas.blogspot.es/
Comunidad Artística y Cultural de Tamaulipas en Resistencia

octubre 01, 2014

Hija de Egidio Torre Cantú FAVORITISMOS EN LA CULTURA TAMAULIPECA


Se entrega Reynosa a "Urban In Desguise"
Se reconoce arte y talento.


domingo, 2 de octubre de 2011 
http://www.laprensa.mx/default.asp


Apenas si sonaban las primeras notas de la singular obra “Carmina Burana” –
que serviría de presentación- y se abría el telón para la presentación de “Urban in Disguise”,
 cuando se percibía en el público de Reynosa la sensibilidad a flor piel de lo que empezó,
 y terminó, como un espectáculo lleno de música y ritmos vibrantes que arrancaron, 
de tajo, el aplauso de las familias enteras en un pletórico Teatro Principal del Parque Cultural.
De hecho, el alcalde Everardo Villarreal Salinas, la señora Yanira Deándar de Villarreal, 
asimismo la señora María del Carmen Salinas de Villarreal, Presidenta del Patronato 
del FIT Reynosa, subieron al foro del magno teatro principal para entregar un 
reconocimiento a la Directora de esta obra, María Angélica Torre Heftye.
Entre paréntesis, “Urban in Disguise” impactó en el público por la eslabonada 
presentación del baile moderno y la danza contemporánea en exhibiciones de pasos
 que atrajeron las miradas del público y el espontáneo aplauso en los intermedios; todavía
 se pueden ver a los pequeños tratando de imitar lo que esa noche, en el Parque 
Cultural Reynosa, vieron ante sus ávidos ojos.
El arte y la cultura estuvieron de fiesta; “Urban in Disguise” hizo en los presentes que 
el tiempo fuera relativo o dicho de otra manera, que no existiera, porque fue tal la emoción 
y atractivo del baile urbano, que el lapso se convirtió en una experiencia onírica en la 
que no hay pasado ni se siente futuro y solo ese instante el todo, eso fue “Urban in Disguise”.
Esta obra presentó a los mejores bailarines de la entidad que combinaron el baile 
urbano con el jazz, funk, hip hop, break dance, electro dance y la música clásica;
 María Angélica Torre Heftye, directora, reunió a los mejores talentos para crear 
un espacio en el cual la plenitud del talento fue demostrado en esta muy artística y 
atractiva presentación que expandió la noción del baile urbano.
Torre Heftye tiene más de 10 años de trayectoria artística y ha montado coreografías 
del baile urbano a nivel nacional e internacional; su formación contiene, entre otros, 
cursos de alto nivel internacional en el Treaming Dance Convention and Competition
 y el Broadway Dance Center en Nueva York.


María Angélica Torre Heftye
hija de Egidio Torre Cantú





FIT: "Enmascaran" lleno de Hip-Hop; "desnudan a Viola Trigo y Carmina Burana"






http://reporterosenlared.com/?laNotaID=15371&laCategoria=6
Arturo ROMAN
lunes 03 de octubre de 2011


María Angélica Torre Heftye
En un hecho sin precedente la puesta en escena de la obra 'Urban in Disguise' o 'Urbano Enmascarado',  logró reunir, el sábado por la noche, y por vez primera desde que inició el FIT, al grueso del personal que labora en el gobierno municipal, en tanto que -apenas 24 horas después- la asistencia al concierto de Viola Trigo y un espectáculo de Opera, en la misma sede, se desplomó en más del 50 por ciento.

Fue un fin de semana contrastante para el Festival pues mientras empleados municipales abarrotaron el sábado por la noche el Teatro Principal del Centro cultural -a petición directa de la Secretaría Particular- un día después, ese mismo lugar apenas logró reunir a unas 160 personas; mientras la destacada intérprete Viola Trigo llenó el Teatro Experimental donde apenas tienen cabida unas 400 asistentes.

El buen gusto de los burócratas municipales por las Bellas Artes no se hubiera podido poner a prueba de no ser por las largas filas que se formaron en las puertas de acceso a Teatro donde todos se apuraban para estampar la firma correspondiente y de esta manera dejar constancia de haber asistido a ver el musical intitulado 'Urbano Enmascarado' so pena de ser sujetos a una sanción administrativa por el desacato a una orden girada desde la Secretaría Particular, la cual fue firmada por el jóven Moisés García.


Empleados de los todos los niveles, directores, asesores, síndicos e incluso unos cuantos regidores y algunos titulares de las diferentes Secretarías, comentaban en las filas, el morbo sobre quién era la Directora de la obra musical que se iba a presentar pese a que en un volante que fue entregado previamente se establecía que se trataba de la Coreógrafa, María Angélica Torre Heftye, una de la hijas del gobernador Egidio Torre Cantú.

Datos revelados por Edmundo Lozano Calzado, Director de Comunicación Social, confirman que pese a la exigencia oficial, algunos funcionarios de primer nivel como la Secretaria del Ayuntamiento, Martha Velasco, el Secretario de Finanzas, Roberto Herrera Juárez y el Coordinador de Programas Federales Carlos Enrique Vázquez optaron por no asistir.

El propio Lozano Calzado admitió que fue el Director de Recursos Humanos, Yamil Toache quien se encargó de coordinar a quienes formularon y cotejaron las Listas de Asistencia asi como de quienes recopilaron las firmas de los burócratas municipales.


Mientras esto pasaba, la joven Paloma Villarreal, funcionaria del área de Recursos Humanos pedia calma, ya que las personas en las filas se empezaban a impacientar al no poder entrar al teatro y tomar su lugar.
Afuera en el lobby, el Secretario de Participación Ciudadana, Benito Sáenz Barella cotejaba las listas para verificar que todo el personal bajo su mando completara el pase de lista.
   
El espectáculo artístico empezó minutos después de las siete de la tarde-noche del sábado uno de octubre.
El montaje contó con todos los adelantos tecnológicos en cuanto a sonido, iluminación, escenografía (digitalizada) elementos que hicieron de la presentación un espectáculo de primer nivel. 
Aún así, esto no fue suficiente para lograr atraer a todos los miembros del Cabildo, para que  acudieran a presenciar el show, ya que solo los dos síndicos y siete regidores como la titular de la Comisión de Arte y Cultura, María Esther Camargo Félix; Rebeca Prado; Francisco Garza Sosa, San Juanita Aguiñaga Rangel; Martha Mc Donald;  Adolfo Longoria Gamundi y Alfredo Juárez Maldonado se presentaron puntualmente.
El Teatro Principal del Centro Cultural tiene un aforo de 1 mil 200 personas y el Experimental para 400.

MARÍA ANGÉLICA TORRE HEFTYE
HIJA DEL GOBERNADOR DE TAMAULIPAS


María Angélica Torre Heftye 
en el Festival Tamaulipas 2014 
 "Alice in Wonderland"











junio 20, 2011

Fernandomieryteran's Blog - Ricardo Delgado Herbert




Publicado, septiembre 15,2010 
Por Fernando Mier y Terán

Ricardo es un joven y talentoso artista plástico que ha dedicado mucho tiempo y energía a denunciar diversas situaciones que él y otros artistas tamaulipecos importantes consideran ocurrieron por responsabilidad mía y de otros funcionarios que ocuparon cargos en diversos momentos e instituciones.

Quienes quieran ahondar en esas acusaciones pueden buscar el blog de Ricardo llamado “Resistencia Cultural Tamaulipeca”

Yo desde aquí le mando un cordial saludo y le digo que respeto su derecho a la libertad de expresión, reconozco su capacidad y su coraje y lo aliento a seguir luchando por las causas que él considera justas.

En su momento, le dirigí una carta expresando mis motivos y continúo en la mejor disposición para aclarar las situaciones que él me imputa.

Como seres humanos, todos podemos cometer errores, pero mi nombre ha sido vinculado a numerosas situaciones que en su momento no pude o no quise aclarar, porque mi posición institucional me limitaba.

Sé de cierto que Ricardo fue víctima de la censura cuando menos en una ocasión por parte del entonces Director del Museo de Arte Contemporáneo de Tamaulipas, Emiliano de Pau, con quien tuve numerosas confrontaciones que desembocaron en su destitución por parte de sus superiores, aunque orgánicamente la institución que él dirigía no estaba bajo mi autoridad directa.

Soy el primer convencido de que las Artes deben ser el principal vehículo para movilizar las conciencias de la sociedad, y el papel que me tocó desempeñar en algunos sucesos lamentables que ocurrieron durante mi gestión al frente del I.T.C.A. no fue lo suficientemente enérgico o expedito, pero la información generada en estos espacios me hizo siempre cobrar conciencia de mis responsabilidades, aunque muchas veces se tratara de “píldoras difíciles de tragar”

Pero creo que este es momento de buscar la concordia y unirnos todos quienes amamos a nuestro estado y a nuestro país para luchar juntos por construir el Tamaulipas que todos queremos.

No deseo convertir este en un espacio de confrontación, pero como dicen que “el que calla otorga”, quiero aclarar que el silencio que guardé mientras fui director general del I.T.C.A. con respecto a muchas acusaciones que se hicieron en mi contra, fue más que nada por no contribuir a la polarización de los ánimos entre la comunidad artística, a quienes tenía el deber de atender de manera imparcial y justa.

Quienes deseen conocer un poco más de su valiente postura como artista y activista social, pueden visitar

http://artehuerco.blogspot.com/

http://www.tampicocultural.com.mx/artman/publish/article_692.shtml




julio 17, 2008

VICTORIA Y ANEXAS - Mier y Terán en la mira





Escrito por Ambrocio López Gutiérrez
Martes, 08 de Julio de 2008


http://www.diariotamaulipas.com.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=4294&Itemid=40


Ahora que crece la versión en el sentido de que el titular del ITCA, Fernando Mier y Terán, es sometido a rigurosa investigación por parte del estado y la federación por frecuentes acusaciones en el sentido de que se hace mal uso de los recursos públicos, es oportuno reproducir aunque sea parcialmente algunos de los múltiples señalamientos que destacados artistas han dirigido al victorense que lleva cerca de dos sexenios como “responsable” de la ventanilla cultural del gobierno de Tamaulipas.

Comenzamos con párrafos de la carta que le envió hace algún tiempo RICARDO DELGADO HERBERT (Artista plástico con Licenciatura en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” y con Maestría en la Academia de San Carlos):

“Hago pública mi respuesta a su carta donde expresa su punto de vista sobre 1a censura de que mi obra fue objeto por parte de Emiliano de Pau García, director del Museo de Arte Contemporáneo de Tamaulipas, y defiende usted la honorabilidad del funcionario público Director de Fomento Cultural del I.T.C.A, Medardo Treviño, honorabilidad que no sólo yo sino muchos creadores de Tamaulipas ponemos en duda, y menciona el hecho de que el I.T.C.A me ha apoyado en casi toda mi carrera de artista plástico, además de sus reservas sobre la oportunidad y credibilidad de la carta publicada por la revista Proceso 1512 y firmada por 73 creadores nacionales, le manifiesto lo siguiente: Usted, señor Fernando Mier y Terán, como Director del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, tiene la obligación de demostrar en los hechos su absoluto respeto a la libertad de expresión; no sólo con recomendaciones de mesura y criterio a Emiliano de Pau, sino con una amonestación más enérgica y pública, pues lo que De Pau ha hecho en tan poco tiempo afecta no sólo a los creadores, sino la imagen de todo nuestro estado a nivel nacional e internacional, e incluso a usted y al mismo gobernador del estado.

Le recuerdo que la carta en Proceso es apenas una de decenas de manifestaciones de repudio hacia la grosera y estúpida actitud de ese protegido del poder que mangonea a su antojo un museo tamaulipeco de tanta importancia. Es penoso que usted solape diciendo en su carta que la jurisdicción del I.T.C.A no alcanza al mencionado museo. Lo que exhibe es una terrible falta de sensibilidad y una actitud acomodaticia que me lleva a pensar que lo único que a usted le importa es conservar su puesto… y el del funcionario y artista Medardo Treviño, por supuesto. Le recuerdo, señor director, que fui personalmente el 1 de julio a las oficinas del I.T.C.A, a tratar de entrevistarme con usted, pero no tuvo tiempo de recibirme.

Mi protesta por escrito contra la censura de que fui objeto la dejé en su oficina y tengo la copia con la firma de recibido. No puede reprocharme, como lo hace en su carta, no haberme dirigido a usted en primera instancia. Se trata de un documento que lo desmiente y que puedo hacer público en cualquier momento, de ser necesario”.

MEDARDO, AUTOR DE ADEFESIOS LAUDATORIOS.

“Cierto que he recibido apoyos por parte del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, pero no son apoyos de su peculio que usted me haya otorgado. Se trata de dinero de la sociedad tamaulipeca; la sociedad, con sus impuestos y por medio del I.T.C.A, es quien apoya a los creadores y se supone que un comité técnico decide sobre esos apoyos. Haber sido favorecido con dichos estímulos no significa que asuma una actitud dócil y que permita que mi obra sea ninguneada y finalmente censurada. Decir que José Luis Cuevas, Carlos Monsiváis, Andrés de Luna, Gabriel Macotela, Gilberto Aceves Navarro, Luis Nichizawa, maestros de la Academia de San Carlos, de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, y de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, en total 73 artistas están desinformados, es un insulto para ellos. ¿Cómo sabe usted que están desinformados? ¿Cree usted que estos señores no leen los diarios, no preguntan, no investigan? La triste realidad de censura y opresión en Tamaulipas ha sido difundida por muchos medios de comunicación regionales y nacionales. Pero tal vez usted, responsable institucional de la cultura en Tamaulipas, sea el desinformado.

No tengo manera de comprobar que Medardo Treviño, el funcionario y artista tan alabado por usted, sea un corrupto o que se haya aprovechado de su puesto público para favorecerse con prebendas, dinero o reconocimientos sin embargo usted me hizo saber que Treviño González fue investigado por la contraloría estatal y eso ya sienta un precedente en su honorabilidad.

Sé, eso sí, del yugo impuesto a los demás creadores y de su manera rastrera e igualmente acomodaticia de comportarse con los gobernantes en turno, escribiendo y poniendo en escena obras biográficas de los candidatos al gobierno tamaulipeco, que no son otra cosa que adefesios laudatorios con los que ha buscado, y logrado congraciarse con los últimos tres gobernadores, cuando menos.

Me pregunto ¿Qué sería de él, y de otros como él, sin el parapeto de su puesto gubernamental y del poder que ejerce y comparte con usted? Que no pueda yo demostrar sus trapacerías no significa que no las haya cometido o que no existan testigos de ellas (incluso antiguos compañeros en el ITCA y artistas humillados y renunciados a fuerza por pensar distinto en cuanto progreso y profesionalización de los creadores del Estado). Confío en que pronto alguien se atreva a investigar. Toda esa basura saldrá un día a la luz.

La carta que adjunta usted, firmada por el pintor Jorge Yapur y el dramaturgo y poeta Arturo Castillo Alva, por su espíritu lacayo y su feo estilo burocrático, me mueve a pensar que es apócrifa.

Es difícil creer que dos creadores como ellos escriban con un estilo genuflexo y salgan en su defensa de manera tan burda. Para probar la autenticidad de esa carta de apoyo hacia su persona y su política cultural, sería bueno que estos artistas lo defendieran públicamente contra tipos que, como yo, actúan de mala fe.

Espero, sinceramente, por el respeto y libertad de expresión a la mayoría de los creadores tamaulipecos, que el Gobernador reflexione sobre la pertinencia de seguir manteniendo a colaboradores como Emiliano de Pau, Medardo Treviño y Fernando Mier y Terán. La tolerancia hacia sus malos funcionarios culturales perjudica la imagen de su gobierno y ensucia sus buenas intenciones”.

Correo: amlogtz@prodigy.net.mx

marzo 13, 2006

RICARDO DELGADO HERBERT RESPONDE A FERNANDO MIER Y TERAN, A JORGE YAPUR SHERIFE Y ARTURO CASTILLO ALVA










I.T.C.A IMPONE YUGO A LOS CREADORES:
RICARDO DELGADO HERBERT

http://www.enlineadirecta.info/nota.php?art_ID=39419


*Artista responde a director del instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes C. FERNANDO MIER Y TERÁN GARZA Director del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes.Ciudad Victoria, Tamaulipas.

Hago pública mi respuesta a su carta del 5 de diciembre del presente año, oficio ITCA 000622.05. donde expresa su punto de vista sobre 1a censura de que mi obra fue objeto por parte de Emiliano de Pau García, director del Museo de Arte Contemporáneo de Tamaulipas, y defiende usted la honorabilidad del funcionario público Director de Fomento Cultural del I.T.C.A y creador Medardo Treviño, honorabilidad que no sólo yo sino muchos creadores de Tamaulipas ponemos en duda, y menciona el hecho de que el I.T.C.A me ha apoyado en casi toda mi carrera de artista plástico, además de sus reservas sobre la oportunidad y credibilidad de la carta publicada por la revista Proceso 1512 y firmada por 73 creadores nacionales, le manifiesto lo siguiente:

Usted, señor Fernando Mier y Terán, como Director del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, tiene la obligación de demostrar en los hechos su absoluto respeto a la libertad de expresión; no sólo con recomendaciones de mesura y criterio a Emiliano de Pau, sino con una amonestación más enérgica y pública, pues lo que De Pau ha hecho en tan poco tiempo afecta no sólo a los creadores, sino la imagen de todo nuestro estado a nivel nacional e internacional, e incluso a usted y al mismo gobernador del estado.

Le recuerdo que la carta en Proceso es apenas una de decenas de manifestaciones de repudio hacia la grosera y estúpida actitud de ese protegido del poder que mangonea a su antojo un museo tamaulipeco de tanta importancia. Es penoso que usted solape diciendo en su carta que la jurisdicción del I.T.C.A no alcanza al mencionado museo. Lo que exhibe es una terrible falta de sensibilidad y una actitud acomodaticia que me lleva a pensar que lo único que a usted le importa es conservar su puesto… y el del funcionario y artista Medardo Treviño, por supuesto.

Le recuerdo, señor director, que fui personalmente el 1 de julio a las oficinas del I.T.C.A, a tratar de entrevistarme con usted, pero no tuvo tiempo de recibirme. Mi protesta por escrito contra la censura de que fui objeto la dejé en su oficina y tengo la copia con la firma de recibido. No puede reprocharme, como lo hace en su carta, no haberme dirigido a usted en primera instancia. Se trata de un documento que lo desmiente y que puedo hacer público en cualquier momento, de ser necesario.

Cierto que he recibido apoyos por parte del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, pero no son apoyos de su peculio que usted me haya otorgado. Se trata de dinero de la sociedad tamaulipeca; la sociedad, con sus impuestos y por medio del I.T.C.A, es quien apoya a los creadores y se supone que un comité técnico decide sobre esos apoyos. Haber sido favorecido con dichos estímulos no significa que asuma una actitud dócil y que permita que mi obra sea ninguneada y finalmente censurada.

Decir que José Luis Cuevas, Carlos Monsiváis, Andrés de Luna, Gabriel Macotela, Gilberto Aceves Navarro, Luis Nichizawa, maestros de la Academia de San Carlos, de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, y de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”, en total 73 artistas están desinformados, es un insulto para ellos. ¿Cómo sabe usted que están desinformados? ¿Cree usted que estos señores no leen los diarios, no preguntan, no investigan? La triste realidad de censura y opresión en Tamaulipas ha sido difundida por muchos medios de comunicación regionales y nacionales. Pero tal vez usted, responsable institucional de la cultura en Tamaulipas, sea el desinformado.

Por otra parte, no tengo manera de comprobar que Medardo Treviño, el funcionario y artista tan alabado por usted, sea un corrupto o que se haya aprovechado de su puesto público para favorecerse con prebendas, dinero o reconocimientos sin embargo usted me hizo saber que Treviño González fue investigado por la contraloría estatal y eso ya sienta un precedente en su "honorabilidad".

Sé, eso sí, del yugo impuesto a los demás creadores y de su manera rastrera e igualmente acomodaticia de comportarse con los gobernantes en turno, escribiendo y poniendo en escena “obras biográficas” de los candidatos al gobierno tamaulipeco, que no son otra cosa que adefesios laudatorios con los que ha buscado, y logrado congraciarse con los últimos tres gobernadores, cuando menos. Me pregunto ¿Qué sería de él, y de otros como él, sin el parapeto de su puesto gubernamental y del poder que ejerce y comparte con usted?.

Que no pueda yo demostrar sus trapacerías no significa que no las haya cometido o que no existan testigos de ellas (incluso antiguos compañeros en el ITCA y artistas humillados y renunciados a fuerza por pensar distinto en cuanto progreso y profesionalización de los creadores del Estado )

Confío en que pronto alguien se atreva a investigar. Toda esa basura saldrá un día a la luz pública.La carta que adjunta usted, firmada por el pintor Jorge Yapur y el dramaturgo y poeta Arturo Castillo Alva, por su espíritu lacayo y su feo estilo burocrático, me mueve a pensar que es apócrifa. Es difícil creer que dos creadores como ellos escriban con un estilo genuflexo y salgan en su defensa de manera tan burda. Para probar la autenticidad de esa carta de apoyo hacia su persona y su “política cultural”, sería bueno que estos artistas lo defendieran públicamente contra tipos que, como yo, “actúan de mala fe”.

Espero, sinceramente, por el respeto y libertad de expresión a la mayoría de los creadores tamaulipecos, que el Gobernador Eugenio Hernández Flores reflexione sobre la pertinencia de seguir manteniendo a colaboradores como Emiliano de Pau, Medardo Treviño y Fernando Mier y Terán.

La tolerancia hacia sus malos funcionarios culturales perjudica la imagen de su gobierno y ensucia sus buenas intenciones.


Atentamente


LIC. RICARDO DELGADO HERBERT.


Artista plástico Licenciatura en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” Maestría en la Academia de San Carlos.












marzo 12, 2006

EnLineaDirecta.info "Carta al pintor Ricardo Delgado Herbert ¿Dónde están los funcionarios culturales de Tamaulipas?" Por: ALBERTO CUE

















http://www.enlineadirecta.com.mx/index.php?pageNum_rsEdiPag=15&totalRows_rsEdiPag=29

Segunda quincena de enero del 2006
DISTRIBUIDO EN TAMAULIPAS
No. 10
por: Alberto Cue



25 de enero de 2006

No hay nada peor que no saber reconocer sus errores. Se dejó ver mi falta de malicia cuando el contenido de una carta privada sonó más fuerte que un pensamiento en voz alta, cuando la hiciste pública. La irreflexión fue mía porque el tono era fuerte. Y vino la molestia del Lic. Fernando Mier y Terán Garza. Al quejarse, en una carta dirigida a autoridades del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (enero 10 de 2006, copia recibida en 21 del mismo mes), expresa que “el Sr. Alberto Cue, Director de la Revista Tierra Adentro, emite juicios de valor tales como «sujetos farsantes y rastreros» refiriéndose a personas de este instituto” (cursivas mías).

Lo primero es que me confundió con el director de la revista Tierra Adentro, cuando sólo soy su editor. El poeta Víctor Manuel Cárdenas, director de la revista, como bien sabes, nada tiene que ver en esto. En segundo lugar, me gustaría señalarte algo muy significativo: si en vez de decir “soy un funcionario medio en el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes”, hubiera dicho, más llanamente: “soy un empleado público que edita impresos en el Conaculta” (véase, Martín Alonso, Enciclopedia del idioma, 3 vols., t. II (D-M), p. 2074: “Funcionario (de funcionar). m. Empleado público.” No dice más), al Lic. Fernando de Mier y Terán le hubieran importado un rábano y medio mis palabras. ¿Pero por qué le interesaron y les dio relieve? Y, por el contrario, ¿Por qué no le ha concedido hasta ahora la menor atención a la profunda inconformidad de parte de la comunidad artística de Tamaulipas? ¿Por qué cree él que podría refrendar conmigo “el compromiso de la libertad de expresión”, si no la ejerce en sus justas consecuencias ante la comunidad artística de su estado, ni ante la prensa de su estado desde hace meses? ¿Cree que tales refrendos se ejercen exclusivamente en papel membretado y con empleados llamados funcionarios, si alguno de éstos tiene a bien armarse de ingenuidad y preguntarle al Lic. Mier y Terán cuál es el estado que guarda la difusión cultural y el apoyo artístico en Tamaulipas? Si su queja ante autoridades del Conaculta me parece guardar intenciones caprichosas, como por ejemplo afirmar que hablo de asuntos que “evidentemente” desconozco (lo que tal vez querría decir que se trata de un asunto que no tiene por qué importarme), o la de llamar la atención “ante asunto tan penoso” (¿me sumiré en la incertidumbre nada más de pensar qué harán las autoridades conmigo?), podría también parecer una reacción malintencionada.

 ¿Por qué el Lic. Mier y Terán no mejor se muestra realmente dispuesto a encarar, con la digna atención de un funcionario, el apabullante cúmulo de cuestionamientos frente a determinados aspectos de su gestión pública, en su capacidad y disposición real de servicio, y la de sus colaboradores directos, como Emiliano de Pau y Medardo Treviño?

Tampoco debería yo decir: “los funcionarios mexicanos son, en su mayoría, falsos y mentirosos”, por la sencilla razón de que es un desgraciado lugar común y porque, después de todo, los hay excelentes, como funcionarios y como personas. Para expresarse como lo hice en la carta motivo de la molestia del director del ITCA, es necesario estar en confianza, como en las cartas que nos cruzamos tú y yo; es una forma de soltar el coraje por las injusticias que aparecen en tantos lugares del país. Que te equivocas con las palabras o con un exceso de vehemencia y hieres una susceptibilidad tan selectiva… pues eso suele ocurrir. Lo importante es que hay que saber corregir con la misma verdad del error. Desde luego, reconozco que el Lic. Mier y Terán adivinó mis opiniones, aunque no pueda felicitarlo por sus malos métodos al creer tener la prueba de mi enemistad con el ITCA, preocupándose muy especialmente en señalar que yo envié “a todos los medios de comunicación, por la titularidad de esta institución” (al parecer se refiere al Conaculta, aunque no lo dice tan claramente), el engendro de mi cartita. ¿Yo dije o dijo él: “algunas personas de este instituto”? ¿O se diría de aquél instituto?

El Lic. Mier y Terán parece tener una concepción egocrática de eso que algunos llaman funcionariato: “Pero el funcionario se halla por encima de todas las leyes psicológicas, que sólo rigen para el público. Sin embargo, si cabe excusar un principio estatal defectuoso, resulta imperdonable el no ser lo bastante honrado para poder ser consecuente. La responsabilidad de los funcionarios deberá hallarse tan en absoluto por encima de la del público como los funcionarios se hallan por encima de éste, y precisamente al llegar aquí, al terreno en que solamente la consecuencia en la aplicación podría justificar el principio, hacer de él, dentro de su esfera, un principio jurídico, se le abandona para aplicar cabalmente el principio contrario” (C. Marx, “Observaciones sobre la reciente instrucción prusiana acerca de la censura”, enero-febrero de 1842). Como se ve por la indicación de fecha, el mundo no se ha atrevido a cambiar gran cosa. De aquí pasamos a decir que el censor es acusador y, la vez, defensor y juez en una sola persona: “el censor, a quien se encarga de administrar el espíritu, es, como tal, irresponsable”. Esta otra frase, y las cursivas últimas, son también del viejo autor alemán. Tal parece que la ascendencia espiritual del Lic. Mier y Terán proviene de esa Prusia patriarcal ya desaparecida, y reúne en su sola persona a la trinidad espiritual-terrenal asumiendo que: el “instituto” c’est moi.

Lo mejor es tu carta dirigida a él en 26 de diciembre del año pasado. ¿Ya se ocupó de contestarla? Y luego de leerla cuando me la enviaste, elogié tu educación “al dirigirte a un personaje así con palabras tan comedidas” ante su actitud de “hacerse tonto” (que sí dije, pero que ya no digo). Y después de tu actitud tranquila, bien dispuesta, me dejo ahora para mí lo peor de “este penoso incidente”. Pero es claro que no estaba yo en aquella carta, ni lo estoy en ésta, con el ánimo de afirmar que la solución es buscar el conflicto, aunque evidentemente hay un conflicto que rebasa las palabras y abarca, más bien, los hechos que son motivo de las múltiples quejas en contra del Lic. Mier y Terán como funcionario.

No sé si este señor personifica todos los males que rodean a algunos aspectos de su gestión pública (documentada con más de 150 notas críticas en la prensa, sobre todo tamaulipeca, durante intensos siete meses). Menudean las referencias a conflictos, censuras, rechazos viscerales, desatenciones, promesas incumplidas y actos prepotentes. Qué bien que la gente se exprese, qué mal que tenga que hacerlo a gritos… y hasta ahora sin resultados. A lo largo de estos meses habías conservado una ecuánime opinión acerca del Lic. Mier y Terán. Pero cuando te dirigió, como “regalo de navidad”, una serie de afirmaciones en las que mezcla inexactitudes y falsos, tu decepción fue completa… Le escribiste y esperaste a los Reyes Magos y nada… y ya va a llegar la Candelaria y nada… Tu pleito era con el director del Museo de Arte Contemporáneo, Emiliano de Pau, no con él directamente; pero cuando deja ejercer, en el puro vacío de su sordera, la libertad de expresión de los tamaulipecos, la tuya y la de muchos, es obvio que el barco hace agua (con patadas de ahogado por parte del capitán y toda la cosa). Sin embargo, de lo peor nace lo mejor: lo importante es que no se trata sólo de tu circunstancia; tu problema es el problema de otros, más exactamente de la mayoría de los artistas de tu Estado.

El panorama que hoy ofrece un estilo personal de “administrar la cultura” hace necesario pensar en otro u otros estilos; y se hace evidente que hay otras maneras y otras visiones que no han tenido cabida.

Contra lo que supone el Lic. Mier y Terán, creo que es mejor emitir juicios de valor basándose en la contundencia de tantas evidencias hechas públicas, y que presumen ser honestas, que solicitar un boletín oficial que sería mera fórmula del estilo de su queja. No sé cómo alguien puede fingir tanta indiferencia, sino es que simplemente la expresa de forma natural, ante semejante montaña de entuertos y feos deslices.

Tengo conmigo algo así como cien cuartillas o más de impresos con notas periodísticas de aquí y de allá que involucran a alrededor de 150 artistas que claman por un cambio en la política cultural en el estado de Tamaulipas, basándose en la expectativa del reciente cambio de gobierno en el Estado. Sería interminable ponerse a describir cada caso, pero los pocos que puedo referir rebasan cualquier consideración simplemente anecdótica. Y deben llevar a la reflexión.

Un caso típico es el del director de teatro y periodista Fernando de Ita, quien tuvo casi que rogar, según dijo, y finalmente amenazar con hacer público el hecho de que no había la menor intención de pagarle un taller de 4 días con asistencia de 40 artistas locales… y le pagaron menos de lo convenido (El Contacto, Matamoros, 6 septiembre, 2005). El caso del pintor Onésimo Gallardo, cuya exposición pictórica fue censurada por el director del Museo de Arte Contemporáneo de Matamoros, Emiliano de Pau, aduciendo que las obras que componían dicha muestra invitaban “al acto sexual”, es también ilustrativo (La Jornada, 6 abril 2005).

En cuanto al músico Roberto Elías Medina, de Reynosa, nada más elocuente que citar algunas de sus palabras, sin poner ni quitar un acento: “Mi trabajo que desempeñaba era el de Coordinador estatal y Director del coro Meced Chimalli del Estado del cual obtuve grandes satisfacciones por los niños porque en cuanto al trato de Medardo con ellos era déspota y discriminaba a los niños y los humillaba al grado de que algunos niños le tuvieran miedo. […] En cuanto a mi trabajo el me quedo a deber algunas facturas de gastos ya que no se me daban viáticos para realizar mi trabajo que consistía en supervisar a los 14 coros del estado el cual tenia que hacerlo por mis propios medios y aun así el declaró que no trabajaba y no cumplía con mis obligaciones, en cuanto a mi salario me pidió recibos de honorarios en blanco a través de sus subordinados con el fin de cubrir mis viáticos los cuales no fueron cubiertos y tampoco se me regresaron esos recibos ni las retenciones de impuestos correspondientes.”

Expresiones de inconformidad, en uso de la “libertad de expresión” que tan selectivamente aprecia el Lic. Mier y Terán, ha habido de sobra. La más significativa (y que, además, fue una denuncia de hechos) fue dirigida al Ing. Eugenio Hernández Flores, actual gobernador constitucional del Estado de Tamaulipas, ante la ratificación del señor Medardo Treviño González como director de Fomento Cultural del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (en 2005), debido a las públicas y reiteradas actitudes y manejos para beneficiarse, tanto él como sus allegados artísticos, como receptor de becas, reconocimientos y patrocinios. En dicha protesta se señalan casos concretos de favoritismos, omisiones y manipulaciones en torno a convocatorias, organización de becas y premios, además de negligencias administrativas. Pero la respuesta ha sido acusar a los grupos de artistas inconformes (llamados “artistas sublevados”) de ser un núcleo minoritario ávido de ocupar los puestos, respuesta típica de alguien que puede considerar que éstos son sólo una silla y no una función noble y difícil.

Los inconformes agrupan a músicos, artistas visuales, promotores culturales, teatristas, maestros, escritores, sin olvidar que desde Tampico, Ciudad Victoria, Matamoros y Reynosa surgieron más protestas y señalamientos concretos. Me parece increíble que los responsables recurran a tretas como mentir y desvirtuar la magnitud del malestar en torno al desempeño de la directiva del ITCA.

Lo siguiente también es sintomático: “Lo que sí es cierto y es grave, es la manera en que [Fernando Mier y Terán y Medardo Treviño] tratan de encubrir sus acciones, intentando politizar el descontento al ligar a algunos cuantos de los firmantes a grupos políticos”; además de tener el atrevimiento de “reclamar” a los artistas el haber firmado dicha carta de protesta, llegando a advertirles que el “instituto” ya no los apoyará “si no se retractan”. Incluso, según testimonio de varios afectados, aparecieron en sus direcciones electrónicas “correos electrónicos con nombres falsos y amañados, para divulgar rumores con el fin de amedrentar” (“Aclaración de los artistas de Tamaulipas”, Ciudad Victoria 2005, firmada por Carlos Valdez y Lorena Illoldi).

¿Y las respuestas claras y concisas del maestro Sergio Cárdenas al maestro Jacobo Zabludowsky en su programa de radio?

¿Y la carta que el maestro Gabriel Macotela tuvo que mandar para que ya no chingaran más a la empleada del Museo de Arte Contemporáneo de Tamaulipas, que había recibido el cuadro de sus propias manos?

En uno que otro testimonio puedo distinguir expresiones como ésta: “Fernando Mier y su comparsa de funcionarios serviles e ineficientes”, pero, después de entresacar los anteriores testimonios, quiero sólo advertir que la crítica en la prensa, además de dicharachera, está hecha por periodistas profesionales, artistas y críticos de arte; es unánime en señalar la necesidad de superar una situación que, además de entrañar pequeñas y grandes vergüenzas, ha empantanado el desarrollo cultural del Estado, al no posibilitar una proyección cultural real, y luego al ser ellos mismos, los directivos del ITCA, obstáculos casi naturales de todo proceso ulterior de “gestión cultural”.

“Ahora que a decir verdad, ni Emily, ni Katrina y mucho menos Rita, han depredado tanto el dinero público como lo hacen en el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes. Antes durante el sexenio de Manuel Cavazos Lerma, “Barracuda” videohome, idea original de Medardo Treviño y filmada en su casa, si que dañó para siempre el presupuesto, pues hasta hoy en día gobernadores vienen y van y él sigue siendo el fiel del saqueo en materia cultural, ahora de la mano de Fernando Mier y Terán. (María Jaramillo Alanis, En línea directa, “Razones y Palabras / Santa Rita de Acacia, ruega por nosotros…”, Cd. Victoria, 23 de septiembre de 2005).
La falla es política. Y después, es una falta ética.

Por otro lado, no intento establecer quiénes sí son beneficiados pero de seguro no serán las mejores razones para que ello sea así. Otro juicio de valor que, por el momento, adjudico a mi propio criterio.
Lo que apunta Alejandro Rosales Lugo es muy claro: “Contamos con una excelente infraestructura en museos; ahora hay que darles contenido. […] Hay muchas razones del descontento de los artistas de Tamaulipas; lo escucho en Laredo, la verdadera Siberia de Tamaulipas; en Tampico, en Reynosa, en Matamoros. Hay enojo porque se patrocina a artistas nacionales que no lo necesitan, y yo no soy chovinista. […] Por eso aplaudo la posibilidad de reunirnos los artistas independientes para dar voz a nuestras propuestas” (Alejandro Rosales Lugo, Expreso, “La Caja de Pandora”, Cd. Victoria, 20 de febrero de 2005).

Pero hay un testimonio más: “No existe en toda esta ínsula barataria, ni siquiera una digna feria de libro como elemental punto de atracción al resto de los tamaulipecos, y las bibliotecas públicas solo sirven para que grupos de jóvenes chacoteros se reúnan a echar relajo con el pretexto de tareas escolares” (Max Ávila, El 5inco de Tamaulipas, 13 de noviembre de 2005).

Todo esto se ha acumulado a lo largo de siete meses. Indica al menos la necesidad de revisar una situación y, en segundo lugar, reconocer un consenso existente en cuanto a los propósitos sanos de toda gestión cultural en Tamaulipas, que hoy simplemente no es posible cumplir, con todo y la infraestructura existente (considerando que otros estados no tienen los que hay en Tamaulipas). No todo lo hace el dinero ni todo ha de poder hacerse nomás desde arriba. Es un contrasentido en cualquier ámbito de gobierno y un contrasentido del concepto de democracia que se dice respetar.

En el primer testimonio (para sólo comentar tres y concluir todo esto), no puede aceptarse que la actitud señalada por Fernando de Ita corresponda a una gestión pública de cultura. Si estas circunstancias son por desgracia casi cotidianas, y se admite el caso cuando en verdad hay problemas presupuestales, lo menos que puede exigirse —por ser una norma de elemental ética— es enfrentarlas con honestidad y profesionalidad. La censura del pintor Onésimo Gallardo y la tuya, Ricardo Delgado Herbert, sólo indican que no es esa la manera de tratar asuntos espinosos en materia de exhibición de arte; no niego que hay circunstancias, que el arte mismo, y la actitud de muchos artistas, ofrezca disyuntivas para las instituciones burocráticas, pero precisamente por ello la especificidad de las distintas tareas, al hacer la talacha de la difusión cultural, requiere de gente que se abra a las disyuntivas reales y sea capaz de aceptar, contra el gusto y los criterios personales, el valor de la libertad de creación y de expresión. Para eso está la crítica, aunque suene cándido. Se trata, en último lugar, de los posibles fundamentos de discusión para cerrar el paso a respuestas viscerales, de donde sean.

El triste caso del músico Roberto Elías Medina parece rotundo; es la expresión más depurada del desprecio por el trabajo y la dignidad de los demás. ¿Qué otra cosa puede decirse?

También puedo reconocer que los directivos del ITCA saben mucho más que yo sobre su Estado, pero eso no me impide a mí reconocer la naturaleza de los problemas de una parte de los tamaulipecos. Ni como opinante ni como conocedor. Las triquiñuelas que han sido denunciadas por muchos artistas indican un pésimo desempeño en el campo de cualquier actividad humana consciente. Chantajear, amenazar, querer confundir, falsear hechos, intentar dividir a la comunidad artística tamaulipeca (cuando su función es precisamente la contraria) son muestras de un rezago que ha adquirido la forma de una mentalidad pre-política. Parece que estos funcionarios no han querido superarse, y no creo que les hayan faltado oportunidades. Justo era que hubieran hecho un mejor papel, un poco más decoroso, un poco más digno, según se puede ver ahora.

La esfera pública no puede negar apoyos equitativos. La esfera privada, representada aquí por la comunidad de artistas, tampoco puede vivir (ya se ha visto) dependiendo sólo de esa posibilidad de aplicación equitativa de atención, ya no sólo de recursos. Y aunque se asuma esta crisis como la han asumido la mayoría de los artistas tamaulipecos, y aunque ustedes puedan percibirse en estos últimos meses como una comunidad más cercana, no deja de ser injusta esa persistente falta de apoyo y honestidad ante el talento local, carencia que se hace más ofensiva cuando, en su lugar, se ofrece cabalmente el principio contrario. Siempre hay intereses, visiones distintas. Por tanto, siempre hay la necesidad de conciliarlos. Construir un campo de acción de las artes en un régimen de convivencia significa tener ya una identificación real, y poder ejercerla, entre la sociedad y ese arte que se difunde, se apoya y se estimula. Pero cuando un artista ve obstaculizado su trabajo por fallas sistemáticas o humanas, cuando el trabajador cultural ve limitado su campo de esfuerzo por falta de expectativas internas o externas, o por el abrumador peso de la gestión burocrática, cuando el artista se metamorfosea en funcionario cultural (mostrando con ello muchas veces oportunismos lamentables), o cuando el funcionario cultural de pronto aparece como novelista, escultor o lo que sea (con su dosis de malas consecuencias y su retribución en premios teledirigidos), cuando el nepotismo y la sed de puestos florecen, cuando impera, en suma, un miope individualismo (y un miedo a asumir la propia individualidad), y, por si fuera poco, con falta de alternativas para la formación adecuada de artistas de distinto género dentro del propio Estado; por el solo hecho de acomodarse a esto, de imponerlo o aceptarlo, unos y otros pierden, aunque unos más que otros. Así, por ejemplo, ¿cuántas escuelas de arte hay en Tamaulipas que constituyan un sistema de enseñanza artística estatal digno de ese nombre, en qué niveles se encuentran, qué preparación y reconocimientos pueden otorgar, cómo funcionan, qué sistemas de enseñanza se han podido consolidar en las aulas, éstas tienen bibliotecas, se usan los libros que hay allí, cuántos centros de enseñanza hay y qué tipo de alumnado asiste a ellos, qué perspectivas ofrecen en general las instituciones de enseñanza artística, artesanal, etc., para su futuro desarrollo? Y a esto seguirían bastantes temas cuyas circunstancias desconozco pero que no estoy obligado a saber ahora ni mediante cualquier informe boletinado ni cualquier otro medio.

Pero ¿qué te digo? ¿Sabes por qué creo tener derecho a opinar sobre este estado de cosas entre los artistas tamaulipecos? Porque lo que hacen los tamaulipecos es lo mismo que hacen otros, los neoleoneses, los veracruzanos, los chiapanecos, los nayaritas, y que es lo mismo que hacen todos los mexicanos y, luego de todos los mexicanos, todos los demás, los extranjeros de todo el mundo, atenienses o metecos.

Recientemente, la UNESCO ha reconocido ciertas bases indispensables para el conocimiento y la educación actuales, y sobre todo el conocimiento y la educación del futuro. Por sí mismas, si estas bases se aplicaran como criterios para “emitir juicios de valor”, serían un claro elemento de descalificación para los actuales directivos del ITCA (atípicos “gestores” de la educación y la formación artísticas). Entre otras: que la educación debe dotar a los seres humanos de la comprensión de que no hay conocimiento exento de error o de ilusión; que es necesaria una reforma del pensamiento para vincular más íntimamente nuestro conocimiento con nuestras necesidades reales; que la educación del futuro deberá centrarse en la enseñanza de la condición humana; que el ejercicio de nuestras identidades (la consideración de nuestras tradiciones en relación con las de otros) debe implicar una conciencia cívica solidaria con nuestro planeta y con el género humano para conocernos, criticarnos y convivir mejor; que debemos aprender, finalmente, de manera objetiva y a la vez de manera intersubjetiva.

La enseñanza de nuestra propia condición humana, según el informe Morin de la UNESCO, consiste básicamente en revisar y criticar a fondo nuestro egocentrismo y nuestro etnocentrismo; y también, añadiría yo, nuestro sociocentrismo, generadores de xenofobias, racismos y discriminaciones.
Todo esto parece evocarme ciertas raíces, no en una sana tradición de noble condición humana, sino en un pasado que no representa precisamente lo mejor. Siempre se podrán argumentar circunstancias insuperables, descuidos eventuales, pretextos ínfimos; como el argumento de que se trata de una oposición minoritaria; en fin, lo que se les ocurra, o lo que la providencia les indique, en su celestial elevación, como norma aplicable. Lo que tiene que ocurrir es el reconocimiento de todos los artistas tamaulipecos en una tarea común: mejorar el estado actual de cosas para ellos mismos, como artistas y como sujetos sociales. Es imposible no poder esgrimir razones, aunque haya que gritarlas.
Como siempre, los artistas, los promotores culturales y el público tienen la palabra. Y, desde luego, también los funcionarios.

* México, D.F., Estudió la carrera de Historia en la UNAM. Editor en Fondo de Cultura Económica (1978-1989), editor en Difusión Cultural-UAM (1990-1991), editor en Instituto de Investigaciones Históricas Dr. José María Luis Mora (1993-1996), editor en Dirección General de Publicaciones del Conaculta (1997-1999), editor de la revista Tierra Adentro y del Fondo Editorial Tierra Adentro desde 2003.