septiembre 26, 2014

La reina del despilfarro / María Jaramillo

 
LA REINA DEL DESPILFARRO
 
Libertad García Cabriales 

 
 
 
 
 

 



Por: María Jaramillo Alanís
 
Estación Carrizos.- El ventarrón que trajo consigo el frente frío refresca la memoria y encabrita, pues en los albores de la administración actual, desde el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, el compromiso fue bajar los índices delictivos llevando la cultura a Miguel Alemán, Mier, Nueva Ciudad Guerrero, Reynosa, Matamoros, Río Bravo, San Fernando, Victoria…y sí, la violencia no sólo no disminuyó sino que ha cobrado miles y miles de víctimas inocentes, en su mayoría.
 
Pero nada de esto tendría sentido si en sus comienzos, a Libertad García Cabriales mejor conocida como “Libi” o la “Reina de la basura”, alguien le hubiese dicho que es muy bueno saber mover el abanico pero también hay que parecer decente.
 
 Y mire es que Doña Mónica Dávila, esposa del entonces alcalde de ciudad Victoria, Gustavo Cárdenas Gutiérrez, le propino sendas cachetadas guajoloteras entre ceja, quijada y madre a la otra…señora, o séase Libi.
 
Los reporteros que cubrían el evento matutino fueron testigos mudos que doña Moni le decía casi en la oreja a Libi “hija de la chingada, vuelve y verás” de qué o porqué, no lo sé, qué peleaba doña Moni, tampoco lo sé, supongo que Libi y doña Mónica lo sabrán y guardarán muy bien el secreto.
Arrinconada, quejumbrosa, masculló algo entre dientes, pero sin levantar la cabeza, se fue antes de empezar un evento en una escuela primaria de este sacrosanto pueblo de putas arrepentidas y beatas declaradas, el hecho es que Libi se volvió anónima, caminaba sin hacer ruido, casi fantasmal.
 
Luego escaló en este mundillo de política de altura y noches de calores caniculares, tareas de historia y claro, de hartas lecturas de Sor Juana Inés de la Cruz.
 
¿Por qué o para qué recordar la bazofia sexenal? Para no perder la bendita costumbre de recodar lo que han hecho personas como Libi y para que no se les olvide que siempre habrá quien se los eche en cara.
 
Más que su vida personal, está de por medio su quehacer como servidora pública y Libertad ha mentido descaradamente una y otra vez y lo peor del caso es que ha usado dineros públicos en todo menos en cultura y arte.
 
¿Saben cuál ha sido la  obra más humana, sensible y solidaria de Libi? Defender con  garras y dientes a  su chófer Marcelino Loredo Huerta cuando chocó a otro vehículo y murieron tres, tanto que obligaron a Edith Nayelli Ramos García, esposa  de Marcelino a que se inculpara y y declaró en primera instancia que ella iba manejando un vehículo oficial a velocidad inmoderada que ocasionó la muerte de tres jóvenes.
 
Tanta fue su defensa que  hoy en día Marcelino Loredo Huerta vive en Monterrey y sigue cobrando en el ITCA como si fuese aún empleado de Libi, aun y cuando Marquitos, el vocero del ITCA, declaró que el sujeto ya no laboraba para la dependencia.
 
¿A qué se debió  tanta impunidad? ¿Será que vale más el parentesco que tiene Loredo Huerta  con Marco Antonio Huerta Alardín o con  los Huerta Ramos? No lo sé, lo cierto es que por la muerte de tres jóvenes, nadie está en la cárcel.
 
Durante tres años, Libi ha mandado al anonimato al arte y la cultura del terruño, ha mandado a freír espárragos a los artistas locales, y, para alguien que tiene sólo lecturas de Yolanda Vargas Dulché, aunque ella jura y perjura que es Sor Juana, le viene  bien cualquier basura televisiva.
Tres años de dilapidar peso sobre peso y tres años de ominoso saqueo sin que autoridad alguna le llame a cuentas.
 
Bravo Doña Libi, va por buen camino rumbo al mejor hotel de Tamatán.
 
 
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