noviembre 15, 2006

EN LA INAUGURACIÓN DEL FIT 2006


Por Francisco Ipiña.

Previo al evento protocolario y aún antes casi todas los asientos en la Plaza Juárez (frente a Palacio de Gobierno) estaban ya ocupados. Sorpresa. Grupos de estudiantes preparatorianos, con maestro y todo, ocuparon sus lugares cual disciplinados pupilos, listos para asimilar la lección, perdón la función. Y también grupos de personas de la tercera edad llegaron en grupo y adelante esperaron como quien ansía la hora de la merienda.

Ahí, uno y otros, presenciaron a una juvenil cantante victorense –dijo el locutor- ganadora de Código Fama, salió del escenario justo en el instante en que la gente prendida pedía más canciones, pero se disculpó porque eran las únicas pistas que traía al evento.
Así, con el sofocante y bochornoso calor daba inicio formalmente la octava edición del Festival Internacional Tamaulipas 2006, que es actualmente el segundo festival nacional más importante de México, mencionó el personaje del micrófono.

Sobre el alzado tablado prosiguió el programa y se presentó el infaltable e imprescindible Conjunto Típico Tamaulipeco de música y danza del Gobierno del Estado. Sobra decir que lo nuestro siempre es motivo de orgullo.

A cada interpretación sucintaba una serie emocionada de aplausos. NI qué decir, pasaban del huapango al norteño y del norteño otra vez al huapango. La ovación, como siempre, se la llevó el Típico. Después vino el mariachi Estrella, con sus movimientos pélvicos y de cadera acompañaron al singular cantante vernáculo Edgar de la Sancha, victorenses ambos: acompañamiento y voz.

Las chavas y las no tan jovencillas se deleitaron no sólo la pupila sino la coqueta interpretación del ranchero de Victoria y hasta puso a corear una canción éxito de Alejandro Fernández. Aplausos, claro que sí. Y como todo el programa esta cronometrado, se fue el que entró al escenario, aunque la chavitas pedían otra otra otra.

Luego vendría un ballet folclórico del puerto de Tampico. Un verdadero arte de interpretación, muy estilizado el baile huasteco. Los músicos, con partitura el del violín para iniciar una ejecución por nota abrió el programa. La lentitud de los movimiento femeninos contrataba con el vuelo del vestuario que por efecto del aire daba la impresión del movimiento de las olas del mar. En cambio los bailarines ataviados como si fueran cadetes de la naval, parecían muy endebles como si el viento se los fuera a llevar de una ejecución a otra. ¿Será el estilo jaibo de bailar huasteco? Y si. No fue el viento huasteco lo que los sacó, prácticamente del programa. Si no el locutor oficial que apenas acabada de terminar una excelente melodía de autor en voz de uno de los de Tampico, cuando daba por terminada la participación de las muchachas y muchachos que no eran muchos. Lo grosero fue que estando cantando el trovador de Tampico, el personal de seguridad y giras del C. Gobernador suben como si nada al escenario y empiezan a colocar sobre las tarimas etiquetas con los nombres de los que ocuparían el presidium.

Una total falta de respeto al artista que en ese instante sostenía estrecha comunicación con el público. El director del grupo, agradeció “la oportunidad” que se les daba por participar en el FIT 2006. Y para variar, regresan al Conjunto Típico a que haga de comparsa a la ceremonia inaugural. Mientras llega la comitiva que acompaña al las autoridades la música de guapangos toca y toca, teniendo como figuras de ornato algunas de las bailarinas ataviadas con la cuera tamaulipeca.

Más sobre la inauguración del FIT 2006.

La valla que encamina desde las escalinatas de Palacio hasta el Centro Cultural se encontró muy vigilada, como si esperaran un complot. Era tal la seguridad que llegó el momento en que si uno estaba sentado hacia la cale 16 solo podía apreciar exactamente la mitad del escenario. La otra mitad la obstruían la guardia y las edecanes del evento. Pero bueno.
Pero malo. De repente en pleno inicio de ceremonia, se introdujo un extraño movimiento y contaminación visual. Al parecer acallaron a los levantados o protestantes (de protesta) o algo así como inconformes o manifestantes. Y por estar muy distanciado del ese lugar, no pude apreciar. Resulta que en medio de la raza de prensa y también en medio de muchos trabajadores del ITCA se levantó una manta cuyo mensaje de espaldas no pude leer, además que más que inmediatamente fue retirada y silenciados sus autores. ¿quiénes eran, de dónde venía, qué decía la manta?

Incógnitas para la posteridad o la imaginación.

Luego se anuncia que el homenajeado de este año, no estaría presente y sólo presentan un audiovisual de su trayectoria con testimonio del propio escritor, tampiqueño de origen y autor prolífico galardonado con premios nacionales e internacionales, Rafael Ramírez Heredia. Ni modo. Error en el programa. El locutor anuncia el video, posteriormente se retracta y presenta a la representante de Sari Bermúdez, directora general del CONACULTA. Luego vuelve a corregir para continuar con la video-reseña, para entonces sí permitir las palabras de la vocero del Consejo y su extenso discurso. Los fuegos de artificio declaran el acto inaugura. La comitiva se traslada al atrio del Centro Cultural donde se explica la obra de Nicandro Puente. Y de ahí la máxima expresión del verdadero arte de la pintura: la exposición “Retratos Imaginarios” de Pablo Picasso. Una exhibición que nadie en esta ciudad debe perderse. Un discreto ambigú es servido con refrescos de cola y agua embotellada. El que alcanzó alcanzó, y el que no que le reclame al Filósofo de Güemes. Dentro del teatro, la culta sociedad victorense espera el inicio de la Ópera “Turandot”: exquisito bocado para el espíritu, aprovechado por los esnob, nuevos ricos y funcionarios ávidos de reflectores. Afuera, el verdadero pueblo se deja seducir por un africano grupo folclórico de Senegal, otro ballet de folclor latinoamericano de Cuernavaca y por la norteña música grupera de “La Firma” que más allá de las medianoche adormece a las urracas deslumbradas por tanta luz, la iluminación de la cultura.