mayo 21, 2008
Razones y Palabras Destruyendo a Cd. Victoria
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Por María Jaramillo Alanís
21 May 2008
Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda. Martin Luther King
Nadie duda que Eugenio Hernández Flores y el PRI desearan que a ciudad Victoria le fuera muy bien. Sin embargo, han sido suficientes 140 días para lamentarnos de la ineficiencia, incapacidad, barbarie y estupidez del alcalde Arturo Díez Gutiérrez.
Lo único que sabemos es que Don Francisco Filizola y González dijo bastante recio a quien lo quisiera oír sobre aquellos que hemos criticado al alcalde con capacidades diferentes: “esos hijos de la rechingada creen que van arreglar un convenio publicitario a putazos. De mi cuenta corre que no se les dé nada”.
Debo informarle al Conde Filizola González que nunca le he pedido nada, ni cuando fue directivo del Club Correcaminos y la que escribe pagaba religiosamente su entrada a ver a los deprimentes, vendidos y “cartuchos quemados” del Correcaminos. Diosito me ha dotado de una neurona que funciona, cosa que agradezco para seguir pensando que el inútil de Díez no es más cretino porque Dios no les da doble castigo a los inocentes. (Léase, trastornados)
Después de ese lapsus memoriae, prosigo. Decía que Hernández Flores debe estar arrepentido de haber promovido a su compadre para alcalde y lo “pior” fue hacerlo ganar la elección constitucional. Tampoco fue algo de lo que deban estar orgullosos los otros partidos, que propusieron a la escoria. Así cualquiera podía ganar.
La población no puede equivocarse, la inmensa mayoría extraña a Álvaro Villanueva Perales, tanto, que ya se formó una comisión para colectar llaves y monedas que se enviarán a fundir para erguir un monumento a “El Burro”.
Era tan sencillo gobernar el desorden que había dejado Villanueva que a Diez le bastaba extender la mano y realizar las obras que tanto hacen falta en la capital: guarniciones, remodelaciones, limpia y pintura de inmuebles, mejores sueldos a los empleados municipales…pero todo ha sido al revés.
Baja los sueldos a los empleados, a sus funcionarios les reduce el bono dizque para pagar a los medios, la publicidad que aún deben del trienio pasado y lo que va de éste. Luego se les ocurre la bendita idea…ota, de colorear de blanco -con pintura de aceite- las fuentes de cantera ubicadas en la Avenida Francisco I. Madero, para luego despintarlas a punta de químicos, nadie le dijo, evidentemente porque son más burros que Álvaro, que para la cantera en esas condiciones es suficiente un compresor y arena.
Y para acabalarla de defecar -entiéndase, cagar-, la misma empresa que pintó las fuentes de cantera borró con la misma pintura el mural “Un color para la piel de la ciudad” realizado por el fallecido maestro y amigo Xavier Cázares Perales, y ahora dice el bobalicón y dobletero de César Augusto Saavedra: “estamos viendo cómo reponer el mural”. Ya no necesitamos morirnos y esperar a que Dios nos resucite en el día de su llegada, para eso está Saavedra.
Bien dice el dicho que Dios los hace y Freud los junta. Pero digo ¿qué culpa estamos pagando para que el PRI y el gobernador Hernández Flores nos hayan endilgado a este alcalde sin ninguna capacidad?
El Corazón de Tamaulipas se desmorona, la capital de las aves, de la que tanto se enorgullecía Hernández Flores no existe y basta echarle un ojo al entorno para darnos cuenta que en apenas en cuatro meses y 20 días, Díez se ha encargado de demolerlo.
Hay que avisarle al cretino de Díez Gutiérrez que los jodidos existimos, los de a pie, a los que sólo nos baila un fríjol en veinte metros de tripa y el que sepa leer que le diga al presidente de la comuna que se cree virrey, que su deber es gobernar, administrar, regir, disponer, mandar, cuidar, presidir, no hacerle al Tío Lolo.
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