febrero 12, 2009

EL SOL DE TAMPICO Cultura y sociedad







Espejos

CULTURA Y SOCIEDAD/

Juan Jesús Aguilar

30 de enero de 2009

VIVIR DECENTEMENTE del oficio de poeta o de actor es imposible en este puerto. A las buenas familias, a la gente educada y a las buenas conciencias tampiqueñas, les es más importante y necesario contar con la amistad de un licenciado que la de un poeta. Aunque cante a la ciudad, el poeta ha sido y será ninguneado por sus conciudadanos. Por lo mismo, la mayoría de los artistas y los escritores son aficionados, les es un hobby la pintura y la poesía, no dedican tiempo completo al arte y a la literatura para encontrar su voz y su trazo. Qué le vamos a hacer.

El mecenazgo de la señora Amparo González Berumen (editora), por amor al arte; la inversión intelectual y financiera de la doctora Ana Elena Díaz Alejo (editora), por amor a las letras; los esfuerzos de inversión de teatreros, la edición y presentación de libros de autor, las grabaciones de músicos y cantantes por cuenta propia, todo ello, es loable. Si no fuera por amor a los oficios. Mi reconocimiento a todos ellos por este medio. Rebasan en mucho "el trabajo" y "la inversión" de las instituciones oficiales con presupuesto, creadas para apoyar a la cultura y las artes, ¿en cumplimiento de llenar un expediente, de justificar un gasto dudoso y de enarbolar una bandera discursiva demagógica? -¡Estamos fritos todos ustedes!

Si cuenta el puerto con radiodifusoras, televisoras, periódicos, universidades, egresados de ciencias de la comunicación de la Universidad Autónoma y de la privada, si tenemos Sinfónica, músicos, actores, poetas, cuentistas, intelectuales, asociaciones civiles culturales, instituciones oficiales para la cultura y las artes, y además, industriales, empresarios y comerciantes que pueden invertir, por qué no hay programas de radio y televisión producidos en el puerto para las bellas artes, casas grabadoras de nuestros valores, suplementos culturales con nuestra gente, revistas locales especializadas en los géneros del arte, y por qué no, hasta telenovelas y producción cinematográfica con temas en torno a la problemática social, familiar y económica que nos aqueja. ¿No es esta manera de invertir, para ganar y hacer labor cultural? ¿No es una forma de crear fuentes de trabajo? ¿El prorratear gastos la Dirección de Cultura, las universidades y los empresarios en proyectos de extensionismo cultural de calidad, eficaces y eficientes para obra de artística e intelectual, no beneficiaría a los creadores y a la comunidad?

La situación de la cultura y las artes en el puerto está para llorar. Lo dije antes: el Festival Internacional Tamaulipas es la panacea del gober, Letras en el Golfo fue secuestrado por Letras del Mundo, y este desapareció con todo y letras. La palabra infinita abortó. El Bando de Poesía y Buen Gobierno solicita a la Policía Metropolitana busque a los culpables. -No se revelará a quienes den pistas o nombres de los victimarios de las bellas artes.

En diciembre del año pasado en una publicación local, Gastón Alejandro Martínez (cantautor y poeta maderense), increpaba a los artistas, escritores e intelectuales, el silencio cómplice, el miedo para exigir al poder un proyecto cultural coherente, de calidad, digno del sur tamaulipeco. En el fondo del gremio de poetas, artistas plásticos y el círculo de degustadores y amantes de la cultura, hay descontento por la política cultural del régimen geñista -salvo escritorzuelos, artistillas y actoretes disfrazados de creadores, por ser comparsa oficial.

Y ahora, en vísperas electorales donde el dinero vuela, en nombre de la crisis, el panorama cultural se mira desértico. Antes de ello nos conformábamos con espejismos. En el fondo de la caja de Pandora había el destello de la esperanza infinita. Acaso lucían los cactus de la literatura y alguna nopalera de músicos y teatreros, las promesas de siempre, los premiados, los mareados y las premieres, los jóvenes padres del facilismo y la simulación, los clubes de los elogios mutuos, los festivalitos y las feriecitas de libros, floristas de migajón y de papel maché. En el mejor de los casos prevalecerá la medianía, pero, en el caso de que la crisis de la crisis despertara al genio de la cultura, el sórdido sur de Tamaulipas podría sacar la casta para darle una lección a la abulia de los degustadores y a los funcionarios ignorantes y ciegos para nombrar autoridades culturales... -¿Será?

Escríbame: poetrysong@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin duda, los aciertos que da Juan Jesús Aguilar a los ordeñadores de aguinaldos con cargos al erario público son, sin menoscabo, pequeños coscorrones para lo que en realidad merecen. La situación, empero, es igual en tofdos lados, y este asunto no se debe a nada más que a no tener un plan de trabajo para las instituciones de cultura. Hoy por hoy, como diría un directivo queretano al cuestionarle sobre el presupuesto para cultura: "¿presupuesto para cultuta?, no juegue, si la cultura se mueve con tres pesos y la buena disposición de las gentes." lo que ocurre es esto. Pues para justificar los gastos de las instituciones los drectivos en turnbo lo que requieren son facturas, recibos y documentos oficiales, no artistas. Estos los elaboran de dos patadas. De tal modo que, buscar generar un proyecto de trabajo que no termine en un sexenio, para lo concerniente a la cultura, como rubro, no es necesario. Lo que sói es necesario es decir públicamente números. Lo cierto es que hace falta, en todo el país, y por estado un proyecto elaborado en conjunto desde la institución con los artistas.

Leslie Dolejal