¿Por qué aceptar participar en un Festival "Internacional" sin un pago por tu trabajo? ¿Quién gana si aceptas esta condición? ¿Dejan los burócratas culturales de cobrar su quincena y de aplaudirse el gran logro?... Preguntas sin sentido...
Leo en una nota del periódico Hojalata Líder donde informa que “en una elegante recepción” en el segundo piso del Centro Cultural, tomó protesta el nuevo Patronato del FIT Nuevo Laredo. Como presidente se nombró al “promotor cultural” Felipe Flores Montemayor quien declaró en su discurso: “Queremos que en Nuevo Laredo, tengamos buenos eventos, pero también llevarlos a las calles. Trabajaremos para combatir con la cultura” y los nuevos integrantes se comprometieron del mismo modo a trabajar a favor de la cultura, las artes y la ciudadanía.
Conmino entonces a Felipe Flores (Presidente del FIT Nvo. Laredo), Elvira Mendoza de Hinojosa (vicepresidenta), Yessica Suárez Lozano (secretaria), Elena Sánchez Bazán (prosecretaria), Marcela Saldaña Martínez (tesorera), Martha Rendón Arteaga (protesorera) y a quienes respaldaron por “unanimidad” sus nombramientos, incluyendo a quienes atestiguaron la toma de protesta: Alfredo Arcos (director de arte y cultura), Jaime Mendoza Vega y Juan Carlos Alexandre López (regidores comisionados de cultura) a que hagan válidos sus propósitos. Este es el momento. Gestionen el reconocimiento a los artistas que han enviado sus propuestas de participación en el FIT a través del pago de honorarios por su trabajo; gestionen políticas de inclusión; eliminen las barreras burocráticas; respalden las iniciativas artísticas independientes como una política pública y den acceso pleno a sus derechos; intensifiquen los foros de participación, favorezcan la apertura de espacios para el uso y gozo de TODOS los artistas en ejercicio de equidad, igualdad y transparencia.
De otra manera, sus palabras quedarán como estandarte de un protagonismo demagógico que la ciudadanía conocemos de sobra.
Conmino entonces a Felipe Flores (Presidente del FIT Nvo. Laredo), Elvira Mendoza de Hinojosa (vicepresidenta), Yessica Suárez Lozano (secretaria), Elena Sánchez Bazán (prosecretaria), Marcela Saldaña Martínez (tesorera), Martha Rendón Arteaga (protesorera) y a quienes respaldaron por “unanimidad” sus nombramientos, incluyendo a quienes atestiguaron la toma de protesta: Alfredo Arcos (director de arte y cultura), Jaime Mendoza Vega y Juan Carlos Alexandre López (regidores comisionados de cultura) a que hagan válidos sus propósitos. Este es el momento. Gestionen el reconocimiento a los artistas que han enviado sus propuestas de participación en el FIT a través del pago de honorarios por su trabajo; gestionen políticas de inclusión; eliminen las barreras burocráticas; respalden las iniciativas artísticas independientes como una política pública y den acceso pleno a sus derechos; intensifiquen los foros de participación, favorezcan la apertura de espacios para el uso y gozo de TODOS los artistas en ejercicio de equidad, igualdad y transparencia.
De otra manera, sus palabras quedarán como estandarte de un protagonismo demagógico que la ciudadanía conocemos de sobra.
Aquí la nota:
Es obligación del gobierno estructurar programas y políticas públicas que permitan: 1.- La profesionalización de los artistas 2.- Que los artistas con trayectoria y conocimiento capaciten y formen nuevas generaciones de creadores y se les pague por ello 3.- Que el gobierno de Nuevo Laredo sea incluyente y apartidista 4.- Que sean los artistas (ajenos a toda nómina) quienes representen a la ciudad y NO quienes forman parte de su estructura gubernamental 5.- Que haya transparencia en la administración de recursos y se nos informe sobre el presupuesto que se ejercerá y de qué manera. Eso también debemos exigir además de muchas otras cosas. Un fraternal abrazo desde esta frontera de espejos rotos,
desde esta casa inconclusa que se incendia a causa de quienes nos mal gobiernan.
El incumplimiento legal en
materia cultural en Nuevo Laredo
desde esta casa inconclusa que se incendia a causa de quienes nos mal gobiernan.
El incumplimiento legal en
materia cultural en Nuevo Laredo
Por Marcos Rodríguez Leija
La Dirección Municipal de Cultura de Nuevo Laredo no debería depender de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), tampoco operar con el título que ostenta ahora ni con la estructura que la conforma.
Desde el 26 de marzo de 2010, de acuerdo al Decreto LX-1069 el poder legislativo de Tamaulipas la convirtió en un organismo descentralizado de la administración pública municipal.
El área cultural debería funcionar, en este momento, como Instituto para el Desarrollo Cultural (INDECULT), dotado de personalidad jurídica y patrimonio propio.
Lo anterior no se ejerce. Tampoco los objetivos que marca el decreto ni existe un reglamento interior sobre el mismo.
Son 16 los objetivos básicos del instituto, los cuales, incumple en su totalidad. Algunos de estos, como el apartado V del Artículo 2, en el Capítulo II sobre el Objetivo, Domicilio y Patrimonio del Instituto, se establece: “preservar y promover el patrimonio artístico, histórico, arquitectónico y cultural tangible e intangible de Nuevo Laredo”.
Al respecto la arquitectura histórica del barrio antiguo (mal llamado centro histórico) cada vez más se deteriora y desaparece; y el legado del profesor Felipe Durón Robles como escritor y creador del Escudo Municipal se ha perdido por completo. Su figura artística, no ha sido reconocida.
El apartado VI es uno de los más exigidos por los creadores locales, un reclamo constante de grupos de teatro, danza, músicos, escritores y otros tantos. En ese renglón se señala que el INDECULT “debe estimular la creación y producción artísticas con absoluto respeto a la equidad, la libertad de expresión y de creación”.
Actualmente en la ciudad se carecen de políticas públicas en ese sentido, no hay programas municipales de estímulo a la creación y la censura es constante contra aquellos artistas que no tienen lazos familiares o de amistad con quienes administran los espacios culturales o que piensan distinto al grupo político en el poder.
Otra carencia es la que señala el apartado VII: “diseñar y ejercer programas de educación y profesionalización artísticas y de capacitación cultural”.
Aunque se han impartido talleres esporádicos, cabe señalar que forman parte de programas ajenos a toda iniciativa municipal y corresponden a proyectos que el gobierno del estado o la federación acercan a los municipios a través del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA) y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA).
En materia cultural se ha incumplido también con acciones que establece el apartado VIII, que obliga a la participación en el fomento cultural a las personas con capacidades diferentes y adultos mayores; tampoco lo estipulado en el apartado IX sobre el fomento a la investigación literaria.
En este renglón carecemos de un acervo bibliográfico de autores locales y de la región, así como de Mauricio González de la Garza, un autor que destacó como periodista, poeta y novelista durante la década de los 70 del siglo pasado con obras como “El río de la misericordia” y “El padre Prior”, entre otros.
El apartado X dicta “reconocer la diversidad cultural entre los habitantes de Nuevo Laredo Tamaulipas y promover las expresiones de su identidad propia y colectiva”, lo cual, durante los recientes festejos del 166 aniversario de la fundación de la ciudad fue nulo.
Otro objetivo no asumido es el del apartado XI, en el que están obligados a “promover y difundir las expresiones artísticas de los habitantes de Nuevo Laredo, Tamaulipas, a nivel local, estatal, nacional e internacional”.
Sobre el tema, los creadores locales tienen poca apertura en los espacios municipales existentes y es nula más allá de los límites de esta ciudad.
Están obligados a integrar a la sociedad civil en el quehacer cultural
El Artículo 6 del decreto señala que el INDECULT debe estar integrado por la Junta de Gobierno, por el director general del instituto, por un Consejo Consultivo Ciudadano y un Órgano de Vigilancia.
Lo anterior significa que dentro del instituto deberán participar artistas reconocidos y de calidad moral, ajenos a la nómina y estructura gubernamental. Así lo establecen en el Artículo 7 el apartado V (“Un representante del Consejo Sociedad-Gobierno”); el apartado VI (“El presidente del Consejo Consultivo Ciudadano del Instituto”); el apartado VII (El titular del Órgano de Vigilancia”) y el apartado VIII (“Dos promotores culturales y/o creadores artísticos con reconocimiento social por su trayectoria y participación en el desarrollo cultural de Nuevo Laredo, Tamaulipas, propuesto por el Consejo Sociedad-Gobierno”).
Quien asuma la dirección del INDECULT deberá ser aprobado por la Junta de Gobierno, con reconocida y comprobada experiencia y conocimiento en la promoción, gestión y desarrollo cultural de Nuevo Laredo.
También deberá presentar un informe trimestral del estado que guarda la administración del organismo así como de su patrimonio ante el Ayuntamiento y hacer cumplir los objetivos del instituto, entre otras acciones.
La función del Consejo Consultivo Ciudadano, de acuerdo al Capítulo VI en sus artículos 16, 17 y 18, será la de asesorar y promover las políticas públicas y proyectos para beneficio de la comunidad en general y debe estar integrado por el director general del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA).
También por el rector de la UAT, por el jefe del Departamento de Desarrollo Regional de la Educación, por un historiador o investigador de reconocida trayectoria y por un promotor cultural con reconocimiento social por su trayectoria que deberá ser propuesto por el Consejo Sociedad-Gobierno.
También deben ser incluidos dos empresarios que representen a la iniciativa privada y que hayan demostrado su interés y contribución en el desarrollo cultural.
Nada de lo anterior ha sido conformado por el actual gobierno. No hay acciones sólidas en pro de una cultura que permita la reconstrucción del tejido social en una ciudad donde las conductas antisociales proliferan, los espacios culturales lucen vacíos, las carteleras culturales son esporádicas y con actividades recurrentes, de baja calidad y en las que se sobresalen los promotores que conforman la estructura de gobierno y no a la comunidad artística independiente.
Quienes presiden la Comisión de Cultura en el Congreso de Tamaulipas y en el Cabildo de Nuevo Laredo deberían atender esta irregularidad, este incumplimiento legal en materia cultural. De otro modo, el decreto LX-1069, creado para “diseñar, planear y ejercer políticas culturales que beneficien a todos los sectores de la comunidad, que respondan a las necesidades y propuestas de la sociedad”, sería tan sólo un acto demagógico como lo son sus discursos y el ejercicio diario de los cargos que ostentan, pues no han sido capaces de aportar acciones que permitan el progreso y el desarrollo social y humano del pueblo de esta ciudad desmoronada.